jueves, 27 de noviembre de 2014

¿Te quemaste con leche y cuando ves una vaca llorás? Lee esto:

Estoy reflexionando mucho acerca de la frase “el que se quemó con leche, ve la vaca y llora”.
No sé si te pasó alguna vez de creer habías entendido algo, para que después la vida te regale una experiencia que te lleve a darte cuenta de que en realidad no habías entendido tanto.
La frase “el que se quemó con leche, ve la vaca y llora” asume que todas las vacas son iguales. 
¿Te diste cuenta de esto?
Quizá te fuiste de viaje y como la pasaste mal ahora decís que viajar no te gusta, aún si tenés ascendente en Sagitario.  Quizá te enamoraste y te sentiste maltratad@, con lo cual ahora preferís estar solo, aún si hay mucho Libra en tu Carta Natal.  A lo mejor te encanta estudiar, pero como te dijeron que sos disléxic@ y que estudiar no es lo tuyo, renunciaste a seguir aprendiendo, aún si sos muy geminian@.
Si interpretás la realidad así, para vos todas las vacas, todas las relaciones, todos los viajes y todas las maneras de estudiar son iguales.  Con lo cual, no estás valorando cada experiencia en sí y la oportunidad para crecer que trae, sino que estás dejando que un obstáculo, consecuencia de tu miedo, defina de una vez y para siempre, algo que quizá es muy afín al desarrollo de tu potencial.
Claro que hay cosas que a uno no le gustan.  A mí por ejemplo, no me gusta el deporte.  Recuerdo que a los ocho años, cuando estaba en tercer grado, me dieron un palo de hockey para empezar a entrenar.  Era obligatorio.  ¡Yo estaba muy entusiasmada! Estaba en tercer grado e iba a jugar al hockey. Sentía que era “grande”, mi palo de hockey era azul y muy lindo, y mi papá me había sacado fotos vestida y lista para jugar. 
Hasta que entré en la cancha,  y se terminó el entusiasmo.  Jamás comprendí que hacia la pelotita dando vueltas por la cancha. Coherente a mi esencia, mientras mis compañeras me insultaban (y con razón) por estar distraída durante el partido, yo estaba abstraída en mis pensamientos. Filosofaba internamente, por ejemplo,  acerca de cómo un gol del equipo contrario podía ser un incentivo para seguir intentando ganar, transformando la bronca en energía.  Aunque claramente, ni el gol del otro equipo era un incentivo para mí, porque de que le tenía que pegar a la pelota, jamás me enteré.
Claramente, jugar al hockey, no me gusta.  En este contexto, no me quemé con leche y me dejó de gustar.  Sino que jamás me gustó.
Sin embargo, puede ser que relacionarte, viajar, estudiar, o lo que fuese, te encante, y que porque viviste una desilusión en relación a eso, ahora te estés diciendo a vos mismo que no te gusta o que, por el miedo que te da, renuncies a la oportunidad de disfrutar de algo que es fundamental al desarrollo de tu creatividad.
Como Astróloga sé que al destino no se le puede escapar.  Lo que nos sucede, jamás es ajeno a un aprendizaje que nos enseña quienes somos.  El desafío, es el de dejar de definir al viaje, a la relación o al estudio como a algo ajeno a nosotros, para entender que es algo que nos es propio y que estamos aprendiendo a hacer. 
A la vaca la pensamos como algo ajeno a nosotros que “nos pasó”.  Con lo cual, si así fuese, yo no tendría ninguna capacidad de control sobre la situación, y estaría condenado a que todas mis relaciones, viajes, o estudios fuesen igual de frustrantes.  Si, en cambio, yo entiendo que a ese viaje lo construyo yo, a esa relación la elijo conscientemente y que puedo elegir cómo y dónde estudiar, la vaca deja de ser una identidad ajena y super poderosa que me quemó de por vida de la cual yo soy víctima, para pasar a ser una experiencia dolorosa con un fruto: mi aprendizaje.   
Cuando un consultante me cuenta que detesta los viajes, pero que o se enamoró de alguien que vive lejos, o que por trabajo debe hacerlo permanentemente, sé que hay algo de su esencia, que puedo ver a través de su Carta Natal, que tiene que ver con los viajes.  Mi desafío es el de ayudar a la persona a dejar de resistirse a la experiencia para poder empezar a disfrutarla.