Estoy reflexionando mucho acerca de la frase “el que se
quemó con leche, ve la vaca y llora”.
No sé si te pasó alguna vez de creer habías entendido algo,
para que después la vida te regale una experiencia que te lleve a darte cuenta
de que en realidad no habías entendido
tanto.
La frase “el que se quemó con leche, ve la vaca y llora”
asume que todas las vacas son iguales.
¿Te diste cuenta de esto?
Quizá te fuiste de viaje y como la pasaste mal ahora decís
que viajar no te gusta, aún si tenés ascendente en Sagitario. Quizá te enamoraste y te sentiste maltratad@,
con lo cual ahora preferís estar solo, aún si hay mucho Libra en tu Carta
Natal. A lo mejor te encanta estudiar,
pero como te dijeron que sos disléxic@ y que estudiar no es lo tuyo,
renunciaste a seguir aprendiendo, aún si sos muy geminian@.
Si interpretás la realidad así, para vos todas las vacas,
todas las relaciones, todos los viajes y todas las maneras de estudiar son
iguales. Con lo cual, no estás valorando
cada experiencia en sí y la oportunidad para crecer que trae, sino que estás
dejando que un obstáculo, consecuencia de tu miedo, defina de una vez y para
siempre, algo que quizá es muy afín al desarrollo de tu potencial.
Claro que hay cosas que a uno no le gustan. A mí por ejemplo, no me gusta el
deporte. Recuerdo que a los ocho años, cuando
estaba en tercer grado, me dieron un palo de hockey para empezar a
entrenar. Era obligatorio. ¡Yo estaba muy entusiasmada! Estaba en tercer
grado e iba a jugar al hockey. Sentía que era “grande”, mi palo de hockey era
azul y muy lindo, y mi papá me había sacado fotos vestida y lista para jugar.
Hasta que entré en la cancha, y se terminó el entusiasmo. Jamás comprendí que hacia la pelotita dando
vueltas por la cancha. Coherente a mi esencia, mientras mis compañeras me
insultaban (y con razón) por estar distraída durante el partido, yo estaba
abstraída en mis pensamientos. Filosofaba internamente, por ejemplo, acerca de cómo un gol del equipo contrario
podía ser un incentivo para seguir intentando ganar, transformando la bronca en
energía. Aunque claramente, ni el gol
del otro equipo era un incentivo para mí, porque de que le tenía que pegar a la
pelota, jamás me enteré.
Claramente, jugar al hockey, no me gusta. En este contexto, no me quemé con leche y me
dejó de gustar. Sino que jamás me gustó.
Sin embargo, puede ser que relacionarte, viajar, estudiar, o
lo que fuese, te encante, y que porque viviste una desilusión en relación a eso,
ahora te estés diciendo a vos mismo que no te gusta o que, por el miedo que te
da, renuncies a la oportunidad de disfrutar de algo que es fundamental al
desarrollo de tu creatividad.
Como Astróloga sé que al destino no se le puede escapar. Lo que nos sucede, jamás es ajeno a un
aprendizaje que nos enseña quienes somos.
El desafío, es el de dejar de definir al viaje, a la relación o al
estudio como a algo ajeno a nosotros, para entender que es algo que nos es
propio y que estamos aprendiendo a hacer.
A la vaca la pensamos como algo ajeno a nosotros que “nos
pasó”. Con lo cual, si así fuese, yo no
tendría ninguna capacidad de control sobre la situación, y estaría condenado a
que todas mis relaciones, viajes, o estudios fuesen igual de frustrantes. Si, en cambio, yo entiendo que a ese viaje lo
construyo yo, a esa relación la elijo conscientemente y que puedo elegir cómo y
dónde estudiar, la vaca deja de ser una identidad ajena y super poderosa que me
quemó de por vida de la cual yo soy víctima, para pasar a ser una experiencia
dolorosa con un fruto: mi aprendizaje.
Cuando un consultante me cuenta que detesta los viajes, pero
que o se enamoró de alguien que vive lejos, o que por trabajo debe hacerlo
permanentemente, sé que hay algo de su esencia, que puedo ver a través de su
Carta Natal, que tiene que ver con los viajes.
Mi desafío es el de ayudar a la persona a dejar de resistirse a la
experiencia para poder empezar a disfrutarla.